Este verano ya han tenido lugar dos olas de calor y varias alertas por altas temperaturas. Y cuando eso sucede hay que seguir los consejos de Salud Pública, pero también ser conscientes de que hay medicamentos que pueden empeorar nuestro estado.

Además de la lógica recomendación de no salir a la calle en las horas de más sol, Salud Pública recomienda utilizar ropa holgada, ligera y de colores claros y protegerse la cabeza con una gorra o sombrero. En el hogar se aconseja cerrar las persianas y bajar los toldos en las fachadas expuestas al sol, además de situarse en las zonas más frescas de la casa.

Y aunque la recomendación básica es beber agua con frecuencia, aunque no se tenga sed, hay que evitar el exceso de alcohol y las bebidas con mucha cafeína; y sustituir las comidas copiosas y calientes por platos fríos, frutas y verduras frescas.

Pero con todo esto, también hay que vigilar si tomas medicamentos que, por su composición, pueden modificar tu estado de hidratación como, por ejemplo, diuréticos, antibióticos, antiácidos, antihipertensivos, corticoides o antidepresivos.

El Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos tiene en su web un Manual de Hidratación desde la Farmacia Comunitaria que advierte de la precaución que hay que tener estos días si estás consumiendo algún medicamento de los grupos mencionados ya que pueden producir diarrea, dar más sensación de sed o alterar el flujo de sangre y por tanto aumentar la temperatura corporal.

El Manual da una serie de recomendaciones dependiendo del colectivo al que pertenezcas: niños, adultos, ancianos, embarazadas y lactantes, personas que realizan actividad física, las que tienen insuficiencia renal o las que padecen insuficiencia cardíaca.